martes, 23 de junio de 2009

La franquicia llega al mundo del arte

Es interesante comprobar cómo la franquicia, tomado como modelo de explotación de un negocio o actividad, es aplicable a un sinfín de oportunidades. En este caso, se trata del Museo Hermitage de San Petesburgo que cediendo sólo una pequeña arte de su extenso fondo de obras de arte, permitirá la creación en Amsterdam una nueva sede del museo ruso.

Menos de un tres por ciento de los tres millones de obras de arte que posee el Hermitage de San Petersburgo están a la vista y con las nuevas instalaciones del museo en tierras holandesas, los responsable del museo pretenden acercar su valiosa colección al mayor público posible.

Las autoridades holandesas han desvelado que en la nueva sede, un asilo del siglo XVI restaurado, se han invertido unos 50 millones de euros. La primera exposición mostrará más de 1.800 piezas: pinturas, vestidos, joyas y otros objetos que pretenden retratar la ampulosa vida de la corte de los Romanov entre el siglo XVIII y la revolución de 1917.

El sistema de explotación es muy simple porque de los 15 euros que cuesta la entrada, la parte rusa se queda con un euro, siendo el resto destinado a amortizar la inversión que estará recuperada en unos diez años si el ritmo de visitantes se mantiene en los 300.000 anuales.

De hecho, el camino de internacionalización iniciado por el Hermitage, ya lo han emprendio antes otros museos de referencia. El Museo Guggemheim de Nueva York, es una auténtica multinacional del arte, que tiene sucursales permanentes en Berlín, Venecia y en Bilbao. En la actualidad, el Museo del Louvre proyecta una sucursal en Abu Dhabi, que estará lista en 2012 según un diseño del arquitecto Jean Nouvel, y reportará a Francia unos 1.000 millones de euros.

Los museos tienen marcas mundialmente reconocidas y productos de sobra. Obras de arte, como en el caso de los fondos del Museo del Prado, que la mayor parte del tiempo son “invisibles” ya que no tienen espacio en las históricas instalaciones de los museos y sólo se usan en cesiones u exposiciones temporales.

Al contrario de lo que opinan algunos que tildan este tipo de operaciones como vulgarmente mercantiles o que se trata de una venta encubierta del patrimonio cultural, pensamos que se trata de una gran iniciativa para mostrar fondos museísticos que de otra manera nunca estarían permanentemente expuestos al gran publico, acercar el arte al mayor número de personas y culturas de diferente procedencia, así como obtener nuevos recursos con que financiar la costosa conservación de todos los fondos culturales.

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