miércoles, 19 de junio de 2013

Vibo: el último eslabón

La decisión del grupo Orizonia de cerrar todas las agencias Vibo Viajes desde el pasado mes de febrero ha sido, desgraciadamente, el último eslabón en la cadena de errores y vicisitudes por la que están pasando las franquicias de agencias de viaje en España.

Cabe recordar que hace poco más de 12 meses el grupo turístico Orizonia, anunciaba a bombo y platillo la creación de la marca Vibo Viajes para dar continuidad a las antiguas agencias de viajes Iberia. Se anunciaba así una inversión aproximada de 60.000 euros por cada oficina de la red para cambiar los rótulos, escaparates y el mobiliario en el interior, amén de una campaña de captación de franquicias para la nueva enseña. Según manifestaba, su director general "no solo se trata de un cambio de nombre, sino de una adaptación a las exigencias de nuestros clientes, que también han cambiado, para ofrecer unos espacios orientados a vivir experiencias de viajes".

Pues al final, el cambio de nombre ha durado apenas un año. Y con el concurso de Orizonia y el cierre de Vibo, la situación de sus franquiciados, pocos, se convierte en un infierno pues no solo no han podido trabajar en sus aplicaciones desde mediados de febrero sino que les han puesto seis requisitos para rescindir contrato y quedar “libres”.

A todo esto, cunde la idea entre las grandes cadenas que todavía siguen en pie, de franquiciar una parte de sus centros propios facilitando que los propios empleados accedan a ser titulares y aligerar así el peso de las nóminas de la central. No les va a ser fácil, dada la historia reciente de las agencias de viajes en franquicia, desde Alpinatour hasta Marsans, y eso que por todos los medios tratan de crear la sensación de que una agencia de la marca, una vez franquiciada, rinde más. Pero la opinión de los foros profesionales va en otro sentido: “lo que quieren es convertir en franquicias sus oficinas propias y que sean los agentes de viajes los que ahora se coman todo el marrón de la bajada de ventas”.

En resumen, que nadie en este país ha sabido crear una hasta ahora buena franquicia de agencia de viajes. Y el resultado es que los buenos emprendedores y profesionales de viajes, que los hay, prefieren afiliarse a un gran grupo de gestión de agencias independientes y darle a la franquicia en las narices…

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