
Como se recordará, ese proyecto de ley que debía regular las relaciones entre las marcas de automóviles y los concesionarios, habría afectado a otros sectores como las las gasolineras, los quioscos de prensa, la gran distribución y, en especial a la franquicia, ya que planteaba una normativa que encorsetaba y no contemplaba la realidad de la franquicia en nuestro país.
En su momento la Asociación Española de Franquiciaodres ya hizo lo que debía: presentar fundadas alegaciones. Afortunadamente, el asunto ha quedado en vía muerta y, por el momento, dejará de incordiar que buena falta nos hace.