
Siempre lo hemos oído o leído, pero unas recientes cifras avalan esta tesis aunque no en los mismos parámetros. El dato es que el pasado año en España un 13% de los autónomos cesaron en su actividad económica, mientras que el número de cierres de franquiciados apenas rebasó el 6%.
Según cifras de la Seguridad Social, a principios de año estaban dados de alta en el RETA un total de 3.157.046 de autónomos, y a lo largo del año se dieron de baja 559.033 autónomos –el 13%-. Por su parte, si a principios de 2010 había unos 36.150 franquiciados y a lo largo del año unos 2.300 han cerrado sus negocios ello representa una 6,3% del total.
Así que la buena noticia es que frente a las dificultades se puede comprobar que la franquicia se comporta mejor. La mala noticia es que las nuevas franquicias puestas en marcha no han llegado a compensar los cierres. Como tampoco las altas de autónomos han compensado las bajas.