
Ocurrió hace casi dos décadas con las tiendas de confección, luego vinieron las tintorerías, las agencias de viajes en el 96-99, más tarde las inmobiliarias, entre 2004 y 2007 la intermediación financiera y ahora le ha tocado el turno a la depilación y estética.
Aunque dedicadas a una misma actividad, cada enseña tiene su particular visión del negocio y de sus procedimientos y sin embargo, como esos detalles suelen ser de difícil comprensión, a primera vista, todas llegan a parecerse.
Empiezan a notarse síntomas de selección natural y afloran los primeros problemas entre algunas cadenas de esta actividad que, más allá de aprovechar el momento, no han sabido constituir un modelo de negocio bien construido, serio y eficiente.
En mi próximo post aportaré datos históricos que ilustrarán lo que podría ocurrir con esta moda en un futuro no muy lejano.