Acabo de presenciar la entrega del Premio Nacional de Franquicia 2011 SIF&Co. al peluquero Lluis Llongueras por su trayectoria en la franquicia y en su alocución de agradecimiento ha dicho un par de cosas que merecen la pena subrayar.Tópicos aparte, ha recordado como en 1972 empezó a dar franquicias sin apenas saber lo que estaba haciendo, sin contrato, poniendo las bases de lo que es hoy una vasta cadena de peluquerías presente en varios países.
Viniendo de Llongueras me ha sorprendido mucho escucharle decir que la marca no es tan importante, sino que lo que verdaderamente ha conseguido que hoy exista una red de peluquerías Llongueras es el mimo y el servicio que permanentemente han prestado a sus franquiciados: formarles, anticiparles las tendencias, suministrarles innovaciones, etc.. Velar, en suma, para que sus negocios se encuentren siempre un paso por delante de los demás.
De un personaje polifacético y hasta cierto punto mediático como es él, me ha cautivado la humildad con la que se ha referido al momento actual. La situación es la que es -dice él-, el curso de los acontecimientos pasa por encima de nuestras cabezas, pero hay que seguir cuidando nuestros negocios con esmero, cariño e ilusión por el trabajo bien hecho. Como si todavía fuera el primer día.
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