viernes, 24 de junio de 2011

El nacimiento de Massimo Dutti

Ayer fue verbena de San Juan en Cataluña y alguien me hizo recordar cómo empezó Massimo Dutti. Eché cuentas y han pasado ya 26 años desde que un atrevido Armando Lasauca inaugurara en Barcelona su primera tienda Massimo Dutti -este nombre viene de que a su creador de pequeño, en casa, le llamaban "Armandutti"-.

Tras no pocas peripecias vendiendo camisas, primero como representante y luego como distribuidor, a Armando Lasauca se le ocurrió crear una tienda donde vender sus camisas con una marca y un concepto que fuera potente. La marca ya la conocemos, pero lo que ya pocos se acuerdan es que las primeras tiendas Massimo Dutti vendían básicamente camisas de caballero -junto con algún complemento- al precio único de 3.300 pesetas, en dos o tres patronajes diferentes a lo sumo, pero en muchas versiones de tejido y color. Tallas, pocas. Incluso había camisas en colgadores para que te pudieras probar rápido y salir pagando aún más rápido.

Tal fue el éxito de la tienda de Via Augusta -con servicio de orden en la puerta incluido- y de otras que se abrieron a continuación, que él solito se encargó de despertar las ansias de hacerse con una franquicia, antes de que lo consiguieran otros. A los pocos meses, Armando ya tenía vendidas franquicias en media España.

Una gran lección de cómo lanzar una nueva marca al mercado de la franquicia , que no costó un duro en publicidad específica y que sentó las bases de una marca por todos conocida, aunque finalmente todo acabara en manos de Inditex y con un modelo de negocio bien distinto del original.

martes, 14 de junio de 2011

Pseudonegocios y franquicia

- Supongamos un distribuidor de productos que consigue que terceros abran tiendas bajo una marca con la unica condición de vender su catálogo de productos.
- Supongamos que pasados unos meses y una vez en marcha las tiendas, se les plantea un contrato de franquicia, con unas clausulas inasumibles.
- Supongamos que el "presunto" franquiciador no lleva ni un año en
funcionamiento y que no tiene registrada su franquicia.
- Supongamos que las tiendas rechazan el contrato propuesto pero se ven coaccionados para que lo hagan.
- Supongamos que al no aceptar el contrato, el distribuidor deja de suministrarles productos.

A partir de aquí dos cosas:
- Los comerciantes están buscando productos alternativos a los que vendían para mantener la actividad de sus comercios.
- El distribuidor sigue abriendo puntos de venta para colocar sus importaciones.

La cadena de tiendas tiene nombre ­-aparece en algún portal de franquicias- y esto ha ocurrido en los últimos doce meses. Quien relató este episodio lo hizo en un foro de franquicias, pero su texto fue suprimido a las pocas horas.

Puesto que no puedo probar al cien por cien los hechos, solamente los dejo aquí esbozados y si alguien desea saber de quién se trata, se lo comunicaré de forma privada.

domingo, 5 de junio de 2011

Un espanto de herencia

Que los actuales gobernantes españoles nos van a dejar una herencia francamente deleznable es un secreto a voces. Lo que ya no es tan sabido es que la pretensión del departamento de industria, con el Sr. Sebastián a la cabeza, de elaborar una ley de contratos de distribución puede plantear al sistema de franquicia un futuro envenenado.

De resultas de una iniciativa de FACONAUTO (asociación que defiende los intereses de los concesionarios de automóviles) se plantea una regulación que no sólo no es del agrado de los fabricantes de coches sino que de rebote afecta a la franquicia, dado que se pretende legislar sobre todos los tipos de contratos de distribución.

De hecho Jordi Ruiz de Villa, expero jurídico de la AEF, así lo dice: "la nueva regulación contempla la franquicia únicamente desde la óptica de la distribución de productos, olvidando las franquicias de servicios (limpieza, reparaciones, enseñanza) y mixtas (restauración)". Pero hay más, porque la franquicia es un contrato de colaboración empresarial que va mucho más alla de la distribución de un producto (know-how,formación, marcas, etc.).

Soy consciente de que hoy por hoy algunas empresas utilizan el sistema y la plataforma de la franquicia para esconder y amagar contratos de concesión comercial puros y duros, pero esta no es la razón por la que se elabora la ley y, en cualquier caso, la actual normativa pulcramente aplicada podría conseguir filtrar esos casos.


A todo esto, el gobierno ya ha recibido un informe del ministerio y a las entidades afectadas por esta iniciativa (entre ellas la A.E.F.) se les ha dado un plazo de sólo 7 días hábiles para presentar alegaciones. Una prueba más de lo rematadamente mal que se pueden llegar a hacer las cosas.

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