miércoles, 21 de julio de 2010

Franquicia y oportunidad

En la teoría de la franquicia nos vemos obligados a renovar nuestro acervo de conocimientos ya que ni el entorno es el mismo en el que se inventó, ni las regulaciones se han mantenido estables, etc. y tampoco los propósitos de los franquiciadores son exactamente los mismos ahora que hace cuarenta años.

Por ese lado del poliedro me parece interesante comentar que, a la vista de la incorporación de nuevas franquicias, se puede establecer la siguiente tipología:
1 - Marcas y modelos de negocio muy maduros que se convierten en nuevas oportunidades de franquicia.
2 - Jóvenes empresas que nacen con la clara vocación de franquiciar el negocio a medio plazo.
3 - Pequeños negocios que tienen en la franquicia su único sistema de crecimiento.

Vaya por delante que la decisión de franquiciar un negocio, la oportunidad de hacerlo, proviene de múltiples factores y que no son sólo económicos. De hecho, las distintas investigaciones publicadas al respecto apuntan a que las razones que impulsan a un empresario a convertirse en franquiciador se pueden agrupar en los siguientes apartados
- Recursos financieros
- Personal
- Conocimiento del mercado
- Otros (control, economías de escala, etc.)

La cuestión es que si bien la teoría del desarrollo de una franquicia está pensada para empresas/negocios del grupo 2, la experiencia real nos lleva a tener en cuenta la existencia de los otros dos casos.

Ni que decir tiene que la mayor parte del panorama franquiciador actual en España proviene de la tipología número 2, porque está claro que son los que lo tienen más medido y meditado.

Es curioso que una parte importante de las enseñas que iniciaron su recorrido de franquicia a partir del supuesto 1 lo abandonan al cabo de un tiempo por "aburrimiento". Al final, se les nota que la "marcha" de las franquicias y sus franquiciados no llega a ser tan agresiva como cuando uno tiene el control total del negocio y de todos sus componentes.

Las franquicias que provienen del grupo 3, por su parte, componen en su inmensa mayoría la larga nómina de 700 franquicias que han dejado de operar en España en los últimos treinta años. La mayor parte de ellas llegaban a la franquicia buscando primordialmente capitales para crecer o socios para trabajar y sin muchos más argumentos en la carpeta.

lunes, 12 de julio de 2010

Crecer, si, pero con criterio

Es una buena noticia que anualmente el número de establecimientos en franquicia se expanda, pero todavía sería mejor si pudiéramos apuntalar su viabilidad en el marco de unos ratios de rentabilidad y eficiencia. Ante una contracción de la demanda y del consumo interno, no hubiese sido raro que el sistema hubiera dejado de crecer, porque se necesitan más consumidores para al final llegar a vender lo mismo.

Bancos y cajas, que en España tienen la sartén por el mango y a los españoles por el cuello, han cerrado y cerrarán no pocas sucursales, manteniendo la cifra de negocio. En la franquicia, algunos sectores y enseñas lo han visto igual de claro y han apostado por sanear su red de establecimientos, pero en su conjunto la franquicia española sigue abriendo unidades de negocio.

Pero todo tiene un límite y precedentes ya los hemos vivido porque todas las actividades que en algún momento han sido motor del dinamismo de la franquicia -léase moda, tintorería, agencias de viaje, peluquería, servicios financieros y ahora, la estética- a la vuelta de unos años han visto reducir de forma notable el número de efectivos debido a una sobreventa de franquicias.

Así que la pregunta es clara ¿a medio y largo plazo pueden nuestros franquiciadores y franquiciados aspirar a ganar dinero con cuotas de mercado tan pequeñas?

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